Fue en el año 1999 cuando la junta de Extremadura me encargo realizar la replica del conocido monumento natural de la cueva de Castañar de Ibor, (Cáceres), en esos momentos diseñe y construimos una gran gruta en una de las salas más amplias del centro de interpretación de esa comarca, con sus correspondientes espeleotemas y otros detalles: (cristales de aragonito, calcita...)
Ahora en este año 2011 la junta ha vuelto a invertir esfuerzos para dotar a esta replica de más y mejores detalles, ya que las investigaciones científicas de estos años han avanzado y se conoce mucho mejor el entorno físico de la cueva original. (esta ultima no permite visitas)
Para ello nos ha vuelto a encargar los nuevos cristales y texturas de una remodelada cueva, y hemos generado en el taller los mejores procesos de modelaje y crecimiento de cristales (pura química) para dotar a esta replica museografica de detalles como estos que muestro en estas fotos:
Un momento en el montaje de los espeleotemas que ya venian preconfigurados desde el taller, la cueva, su volumen y texturas se hicieron in-situ.
Replica escala 1:1 de uno de los espeleotemas típicos de la cueva.
Aspecto general de una parte de la escenografía, con las paredes cubiertas de multitud de replicas de diferentes cristales y concreciones (espeleotemas de aragonito, calcita...).
Cristal trabajado con tecnicas mixtas entre modelado y proceso químico. en la replica de la cueva colocamos mas de 200 cristales diferentes!
Aspecto de uno de los cristales modelados a mano de gran tamaño y complejidad, hasta 15 materiales y productos diferentes componen su estructura.
Los cristales en su emplazamiento definitivo en la cueva modelada.
Apuntes sobre la cueva original:
Un tesoro bajo los olivos
En un austero olivar de la comarca de los Ibores (Extremadura), apareció bajo el peso del arado arrastrado por una mula un misterioso agujero en la tierra, emanaba vapor de agua un gélido día de invierno de 1967 y se mostró como único conducto de acceso a un tesoro impresionante, un paisaje de otro planeta a unos escasos metros de profundidad.
Una cueva angosta de apenas 2 kilómetros de largo con varias salas amplias repletas de espeleotemas que parecen desafiar la gravedad y los patrones químicos conocidos, estructuras de aragonito, calcita y otros raros minerales mezclados entre si formando caprichosos cristales de colores variados, lagos subterráneos de los que brotan cristales arborescentes transmitiendo al visitante una rara sensación de irrealidad y belleza extrema. Además, en esta cueva se suceden muchos fenómenos que químicos y geólogos estudian hoy día, aportando información muy interesante sobre cristalografía, ecología, clima del pasado y otros aspectos de gran valor científico.
Ángel Febrero
4 comentarios:
Dios u lo que sea te guarde mucho tiempo mente y manos. Artista.
Un abrazo. Sancho y familia.
Una maravilla, Ángel.
Una maravilla Ángel.
Pura ciencia del arte...
Saludos, Ángel.
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